El ADN en sí mismo es un antígeno débil en comparación con macromoléculas como proteínas, lípidos y glucanos. Sin embargo, ciertas secuencias de nucleótidos y determinantes estructurales pueden ser inmunogénicos. Los anticuerpos anti-ADN para ADN bacteriano específico están presentes en individuos sanos y no reaccionan con otro ADN bacteriano o endógeno (61).
¿Qué es un buen inmunógeno?
La inmunogenicidad es la capacidad de una molécula para solicitar una respuesta inmunitaria. Hay tres características que debe tener una sustancia para ser inmunogénica: extranjería, alto peso molecular y complejidad química.
¿Puede el ADN ser un antígeno?
De hecho, el ADN asociado a micropartículas representa un “antígeno ideal” debido a su tamaño relativamente grande [30], la exposición superficial que proporciona acceso a las células B, su relativa resistencia a la degradación y la abundancia de proteínas asociadas que pueden servir como epítopos de células T o como ligandos para receptores de reconocimiento innatos.
¿Hay anticuerpos en tu ADN?
Una copia de seguridad genética hace que los anticuerpos de investigación sean más compartibles y los protege para el futuro. El sistema inmunitario combate los microbios que causan enfermedades mediante anticuerpos: proteínas en forma de Y que se unen cada una a una molécula extraña específica.
¿Los ácidos nucleicos son antigénicos?
Los antígenos suelen ser proteínas, péptidos, o polisacáridos. Los lípidos y los ácidos nucleicos pueden combinarse con esas moléculas para formar antígenos más complejos, comolipopolisacárido, una potente toxina bacteriana. Un epítopo es una característica de la superficie molecular de un antígeno que puede unirse a un anticuerpo.