Las proteínas de la coagulación sanguínea generan trombina, una enzima que convierte el fibrinógeno en fibrina y una reacción que lleva a la formación de un coágulo de fibrina.
¿Cómo se convierte el fibrinógeno en fibrina?
El fibrinógeno es una macromolécula soluble, pero forma un coágulo o gel insoluble al convertirse en fibrina por la acción de la serina proteasa trombina, que se activa mediante una cascada de reacciones enzimáticas provocada por una lesión en la pared del vaso, células sanguíneas activadas o una superficie extraña (fig. 13.1).
¿Qué tipo de célula convierte el fibrinógeno en fibrina?
Estas plaquetas tienen receptores de trombina en sus superficies que se unen a las moléculas de trombina sérica, que a su vez convierten el fibrinógeno soluble en el suero en fibrina en el sitio de la herida. La fibrina forma hebras largas de proteína resistente e insoluble que se une a las plaquetas.
¿Las plaquetas convierten el fibrinógeno en fibrina?
Cuando el daño tisular provoca sangrado, el fibrinógeno se convierte en fibrina en la herida por la acción de la trombina, una enzima coagulante. Luego, las moléculas de fibrina se combinan para formar largos hilos de fibrina que enredan las plaquetas, creando una masa esponjosa que gradualmente se endurece y se contrae para formar el coágulo de sangre.
¿En qué se convierte el fibrinógeno?
Durante la coagulación, el fibrinógeno se convierte en fibrina insoluble (Figura 1). La formación de fibrina implica trombina-Escisión proteolítica mediada y eliminación de fibrinopéptidos N-terminales de las cadenas Aα y Bβ.